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Fuero Bajo Fuego y el no Desafuero de Blanco: Análisis entre la Ley y la Política

Cuauhtémoc Blanco, exgobernador de Morelos y actual diputado federal por Morena, enfrentó una solicitud de desafuero presentada por la Fiscalía de Morelos en febrero de 2025. La acusación, hecha por su media hermana Nidia Fabiola Blanco, lo señala por un presunto intento de violación ocurrido en diciembre de 2023, cuando aún era gobernador. La Fiscalía argumentó que había pruebas suficientes para investigarlo, pero para proceder penalmente era necesario retirarle la inmunidad parlamentaria (fuero) que lo protege como legislador.

Un tema que se ha hecho mediático y con muchas aristas, pero que pocos se quieren meter, porque son cosas que a nadie le beneficia. Por todo el país se vieron distintas expresiones, obviamente en contra porque nadie se metería a pronunciarse a su favor.

El proceso llegó a la Cámara de Diputados, donde la Sección Instructora, dominada por Morena y sus aliados, evaluó la solicitud. El 20 de marzo de 2025, esta instancia desechó el desafuero con tres votos a favor (de legisladores de Morena y el PVEM) y uno en contra (del panista Germán Martínez), argumentando “inconsistencias jurídicas” y “deficiencias técnicas” en la carpeta de investigación de la Fiscalía. Posteriormente, el 25 de marzo, el pleno de la Cámara ratificó esta decisión con 291 votos a favor, superando la mayoría requerida, permitiendo que Blanco mantuviera su fuero. Sin embargo, hubo críticas: el PAN, el PT y algunos legisladores de Morena y Movimiento Ciudadano se opusieron, señalando que el proceso careció de rigor y perspectiva de género.

Razones por las que algunos creen que sí debieron desaforarlo:

  • La gravedad de la acusación: un presunto delito sexual contra un familiar cercano merece, según críticos, una investigación exhaustiva, y el fuero no debería ser un escudo contra la justicia.

  • Precedente de impunidad: feministas y opositores argumentan que mantener el fuero envía un mensaje de protección a posibles agresores, especialmente en un país con altos índices de violencia de género.

  • Dudas sobre el proceso: el hecho de que Blanco hablará en el pleno antes de la votación y no se excusara de votar a su favor generó cuestionamientos sobre conflictos de interés y falta de imparcialidad.

Razones por las que otros consideran que no era necesario el desafuero:

  • Fallos en la investigación: la Sección Instructora y la mayoría en el pleno sostuvieron que la Fiscalía de Morelos, encabezada entonces por Uriel Carmona (un adversario político de Blanco), presentó un caso mal armado, sin pruebas sólidas, lo que invalidaba la solicitud.

  • Contexto político: algunos, incluida la presidenta Claudia Sheinbaum, sugirieron que las acusaciones podrían ser parte de una “guerra sucia” contra Blanco, destacando que Carmona enfrentaba señalamientos de corrupción y encubrimiento, lo que ponía en duda su imparcialidad.

  • Legalidad del proceso: según la decisión oficial, no había elementos suficientes para justificar el retiro del fuero, y se exhortó a la Fiscalía a mejorar su investigación antes de insistir.

El caso ha polarizado opiniones. Por un lado, hay quienes ven en la decisión un acto de justicia técnica o una defensa contra ataques políticos; por otro, quienes lo perciben como un ejemplo de encubrimiento y machismo institucional.

Una de las sorpresas es que los legisladores del PRI le apoyaron en esta decisión en el congreso.

Razones del PRI

  1. Argumento técnico-jurídico:
    El PRI justificó su voto a favor de desechar el desafuero argumentando que la carpeta de investigación presentada por la Fiscalía de Morelos tenía “deficiencias técnicas” y no cumplía con los estándares del debido proceso. Diputados como Erubiel Lorenzo Alonso y Xitlalic Ceja insistieron en que no se trataba de proteger a Blanco, sino de exigir una investigación bien integrada antes de retirar el fuero. Según ellos, avalar un caso mal armado vulneraría principios legales y podría sentar un precedente peligroso.

  2. Intereses políticos cruzados:
    Aunque no hay pruebas definitivas de un pacto explícito, algunos analistas y opositores sugieren que el PRI pudo haber actuado por conveniencia política. El líder nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, también enfrenta una solicitud de desafuero pendiente en la Sección Instructora (controlada por Morena y aliados). Apoyar a Blanco podría interpretarse como un gesto para negociar o evitar que su propio caso avance, especialmente considerando que Morena tiene el poder de influir en esos procesos. Sin embargo, tanto el PRI como Ricardo Monreal (coordinador de Morena) negaron categóricamente cualquier alianza o “PRI-Mor” en este caso.

  3. Postura institucional:
    El PRI se presentó como un partido que “está del lado de las víctimas y la justicia”, pero enfatizó que su voto no era un respaldo personal a Blanco, sino una crítica a la Fiscalía de Morelos, entonces liderada por Uriel Carmona, a quien acusaron de irregularidades y motivaciones políticas. Esta narrativa les permitió mantener una imagen de imparcialidad sin confrontar directamente al bloque oficialista.

Razones de algunos en Morena

  1. Lógica partidista y disciplina:
    La mayoría de Morena (junto con el PVEM) respaldó el dictamen de la Sección Instructora, que desechó el desafuero por “inconsistencias jurídicas”. Figuras como Hugo Eric Flores y Adriana Belinda Quiroz argumentaron que no había pruebas suficientes para justificar el retiro del fuero, y que proceder sin sustento legal sería injusto. Esto refleja una tendencia de proteger a sus miembros mientras el partido mantenga el control legislativo, aunque 25 diputados morenistas rompieron filas y votaron en contra.

  2. Contexto político y “guerra sucia”:
    Algunos morenistas, respaldados por la presidenta Claudia Sheinbaum, sugirieron que las acusaciones contra Blanco eran una venganza política orquestada por Uriel Carmona, el exfiscal de Morelos destituido el mismo día que presentó la solicitud de desafuero. Carmona, un adversario histórico de Morena, fue acusado de corrupción y encubrimiento, lo que dio peso a la teoría de que el caso era un ataque fabricado. Esta narrativa pudo motivar a muchos en Morena a cerrar filas con Blanco.

  3. Cálculo estratégico:
    Proteger a Blanco, una figura pública prominente dentro de Morena, podría haber sido visto como una forma de evitar un desgaste político mayor para el partido. Permitir el desafuero habría abierto la puerta a cuestionamientos sobre otros legisladores oficialistas, debilitando la imagen de unidad y fortaleza de la 4T en un momento en que enfrentan críticas por temas de género y gobernanza.

Factores comunes

  • División interna y presión pública:
    Aunque el PRI y la mayoría de Morena coincidieron en el voto, hubo tensiones evidentes. El PT, aliado de Morena, votó en contra junto al PAN y MC, y 25 diputadas morenistas se rebelaron, mostrando una fractura en el bloque oficialista, especialmente entre mujeres que exigían congruencia feminista. Esto sugiere que el apoyo a Blanco no fue unánime ni ideológico, sino pragmático para algunos.

  • Falta de claridad en las pruebas:
    Tanto el PRI como Morena se aferraron al argumento de que la Fiscalía no presentó un caso sólido. Los dictámenes periciales contradictorios y la ausencia de diligencias adicionales (como inspecciones o entrevistas a testigos) fueron puntos clave para justificar el rechazo al desafuero, al menos en el discurso oficial.

En resumen, el PRI y algunos de Morena apoyaron a Blanco principalmente por una mezcla de argumentos legales (la supuesta debilidad de la investigación), cálculos políticos (proteger intereses propios o del partido) y el contexto de enfrentamiento con la Fiscalía de Morelos. Sin embargo, las sospechas de acuerdos bajo la mesa persisten, aunque no hay evidencia concreta que los confirme.