El Tratado de Aguas de 1944 es un acuerdo binacional entre México y Estados Unidos que regula la distribución y aprovechamiento de las aguas de los ríos Colorado, Tijuana y Bravo (llamado Río Grande en EE. UU.) desde Fort Quitman, Texas, hasta el Golfo de México. Fue firmado el 3 de febrero de 1944 en Washington, ratificado por México el 29 de septiembre de 1945 y por EE. UU. el 18 de abril de 1945, entrando en vigor el 8 de noviembre de 1945. Este tratado se gestiona a través de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), un organismo binacional creado para resolver conflictos y supervisar su cumplimiento.
–Principales disposiciones del tratado
El tratado establece una distribución equitativa de las aguas de los ríos compartidos, considerando las necesidades agrícolas, urbanas e industriales de ambos países. Las asignaciones son las siguientes:
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Río Colorado:
EE. UU. entrega a México un volumen garantizado de 1,850 millones de metros cúbicos (1.5 millones de acre-pies) anuales. En años de excedentes, México puede recibir hasta 2,097 millones de metros cúbicos (1.7 millones de acre-pies).
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Río Bravo:
México entrega a EE. UU. un promedio anual de 432 millones de metros cúbicos (350,000 acre-pies), sumando un total de 2,158 millones de metros cúbicos (1.75 millones de acre-pies) cada ciclo de cinco años. México aporta dos terceras partes del caudal de seis afluentes del Río Bravo (Conchos, San Diego, San Rodrigo, Escondido, Salado y Arroyo Las Vacas), mientras que EE. UU. recibe una tercera parte.
Río Tijuana:
El tratado también regula la asignación equitativa de las aguas del río Tijuana, beneficiando a comunidades en Baja California (México) y California (EE. UU.).
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Flexibilidad y ciclos:
México tiene flexibilidad para entregar su cuota del Río Bravo en ciclos de cinco años, a diferencia de EE. UU., que entrega anualmente. Si México no cumple en un ciclo debido a sequías, puede compensar el déficit en el siguiente ciclo, pero no puede incumplir en dos ciclos consecutivos. Cuando las presas internacionales (Falcón y Amistad) se llenan, cualquier deuda de México se cancela, iniciando un nuevo ciclo.
Objetivos del tratado
Distribución equitativa: Garantizar que ambos países reciban una cantidad justa de agua para sus necesidades.
Cooperación en infraestructura: Construcción conjunta de presas, embalses y sistemas de irrigación para regular el flujo y prevenir inundaciones.
Saneamiento: Mejorar la calidad del agua y reducir la contaminación.
Gestión de sequías: Ajustar entregas en caso de sequías extremas, con mecanismos como la declaración de “sequía extraordinaria” para posponer entregas.
Razones por las que México “debe pagar” agua a EE. UU.
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La idea de que México “debe pagar” agua surge de la obligación establecida en el tratado de entregar una cuota del Río Bravo a EE. UU. Las razones principales son:
Acuerdo mutuo de distribución:
El tratado se basa en un intercambio equitativo: México recibe una cantidad significativa del Río Colorado (cuatro veces más que lo que entrega del Río Bravo), vital para estados como Baja California y Sonora. A cambio, México entrega una porción del Río Bravo, esencial para la agricultura en Texas.
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Este acuerdo busca beneficiar a ambos países, asegurando que las comunidades fronterizas tengan acceso al agua.
Compromiso internacional:
El tratado es un compromiso legal vinculante, ratificado por ambos países. México debe cumplir con la entrega de 2,158 millones de metros cúbicos cada cinco años para mantener la cooperación bilateral y evitar conflictos diplomáticos.
Impacto en EE. UU.:
La falta de entregas de agua por parte de México afecta a los agricultores del sur de Texas, especialmente en el Valle del Río Grande, donde la escasez ha causado pérdidas económicas (estimadas en 993 millones de dólares anuales) y el cierre de industrias, como un ingenio azucarero en 2024.
Sequías y conflictos:
Desde la década de 1990, México ha enfrentado dificultades para cumplir con su cuota debido a sequías severas, como las de 1992-1997 y las recientes (2020-2025). Esto ha generado tensiones, ya que México prioriza el consumo humano y agrícola interno, lo que reduce las entregas a EE. UU.
Por ejemplo, en el ciclo actual (2020-2025), México ha entregado solo una fracción de lo requerido (alrededor de 600 millones de metros cúbicos hasta abril de 2025), acumulando una deuda de aproximadamente 1,300 millones de metros cúbicos (1.3 millones de acre-pies).
Presión política y económica:
Políticos estadounidenses, como el senador Ted Cruz y el presidente Donald Trump, han acusado a México de “robar” agua, exigiendo el cumplimiento del tratado y amenazando con sanciones o aranceles. Estas presiones se intensificaron en 2025, con Trump deteniendo envíos de agua a Tijuana y amenazando con medidas económicas.
En México, la extracción de agua para EE. UU., especialmente del Río Conchos (que aporta el 54% del volumen comprometido), ha generado protestas de agricultores en Chihuahua, quienes enfrentan escasez debido a la sequía. Esto escaló a conflictos violentos en 2020, como la toma de la presa La Boquilla.
Razones de las dificultades para el cumplimiento
Sequías prolongadas: México ha enfrentado más de tres años de sequía extrema, reduciendo los niveles de agua en presas como La Boquilla y limitando la disponibilidad para entregas internacionales.
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Sobreconcesionamiento: Tanto México como EE. UU. han otorgado más derechos de agua de los disponibles en las cuencas, aumentando la presión sobre los recursos.
Crecimiento de la demanda: La población y la producción agrícola han crecido desde 1944, exigiendo más agua de la originalmente contemplada.
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Falta de infraestructura: La capacidad de almacenamiento y distribución no siempre es suficiente para gestionar el agua en épocas de escasez.
Perspectiva crítica
Aunque el tratado es considerado equitativo por algunos (México recibe más agua del Río Colorado que la que entrega del Río Bravo), críticos argumentan que no contempla adecuadamente el cambio climático ni el aumento poblacional, lo que hace que las cuotas sean difíciles de cumplir en épocas de sequía. Además, la flexibilidad de México para entregar agua en ciclos de cinco años es una ventaja, pero no exime de tensiones cuando las entregas son insuficientes. La revisión del tratado, prevista para 2026, podría abordar estas cuestiones, pero México busca mantener sus beneficios actuales.
Conclusión
El Tratado de Aguas de 1944 es un acuerdo de cooperación para compartir los recursos hídricos de los ríos Bravo, Colorado y Tijuana, con México entregando agua del Río Bravo a EE. UU. a cambio de una mayor cantidad del Río Colorado. México “debe pagar” agua como parte de este compromiso internacional, pero las sequías, el aumento de la demanda y las tensiones políticas han complicado el cumplimiento, generando conflictos bilaterales y protestas internas. Ambos países han acordado medidas para mitigar los faltantes antes del fin del ciclo actual (24 de octubre de 2025), priorizando el consumo humano y buscando soluciones a través de la CILA
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