La Casa Blanca ha atribuido un reciente escándalo relacionado con la aplicación Signal a una función de autosugestión de contactos del iPhone, lo que generó un incidente diplomático y periodístico inesperado. El asunto involucra al editor en jefe de la revista The Atlantic, Jeffrey Goldberg, quien, de manera sorprendente, terminó incluido en un chat grupal de Signal con funcionarios de la administración Trump que discutían planes confidenciales para un ataque aéreo en Yemen. La pregunta central es: ¿cómo ocurrió este error?
La explicación más sencilla apunta a un descuido humano: el asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, tenía a Goldberg registrado como contacto en su teléfono y lo añadió al chat por accidente. Inicialmente, Waltz intentó justificar el incidente afirmando que el número de Goldberg había sido “absorbido” por otro contacto, una excusa que el propio Goldberg ridiculizó diciendo: “Esto no es The Matrix“. Sin embargo, la historia tomó un giro más complejo tras una investigación interna realizada por la oficina de tecnología de la información de la Casa Blanca, según informó The Guardian.
El reporte señala que el origen del problema estuvo en una interacción tecnológica aparentemente rutinaria. Todo comenzó cuando Goldberg envió un correo electrónico a la Casa Blanca para solicitar comentarios sobre una historia en la que estaba trabajando. Brian Hughes, entonces portavoz de Trump, reenvió el contenido de ese correo a Waltz mediante un mensaje de texto. En ese momento, el iPhone de Waltz detectó el número de teléfono asociado al correo de Goldberg y, a través de su función de “sugerencia de actualización de contactos”, lo guardó accidentalmente bajo el nombre de Hughes. Más tarde, cuando Waltz intentó incluir a Hughes —ahora portavoz del Consejo de Seguridad Nacional— en el chat de Signal, el sistema, confundido por la actualización errónea, añadió a Goldberg en su lugar.
Este incidente expuso no solo una falla de seguridad potencialmente grave, sino también las vulnerabilidades de las herramientas tecnológicas que utilizan los funcionarios de alto nivel. Por su parte, Goldberg optó por una respuesta谨慎, limitándose a declarar: “No voy a comentar sobre mi relación con Mike Waltz más allá de decir que lo conozco y he hablado con él”. Su comentario deja entrever una conexión previa con Waltz, pero evita ahondar en detalles que puedan alimentar más especulaciones.
El episodio pone de relieve cómo un simple error en la gestión de contactos puede tener consecuencias inesperadas, especialmente en un contexto de alta sensibilidad como las discusiones sobre operaciones militares. Aunque la Casa Blanca ha intentado cerrar el caso señalando al iPhone como culpable, el incidente plantea preguntas más amplias sobre la seguridad en las comunicaciones gubernamentales y la dependencia de tecnologías comerciales en asuntos de Estado.
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