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¿Es EE. UU. Culpable de su desempleo y del ascenso de China por la Globalización?

Tasa de desempleo – Fuente Oficina de estadísticas laborales de EEUU.

La cuestión de si las empresas estadounidenses y su gobierno son responsables del desempleo en su población y del ascenso económico de China es compleja y multifacética. Aquí hay un análisis breve y estructurado:

  1. Deslocalización y globalización: Desde finales del siglo XX, muchas empresas estadounidenses trasladaron sus operaciones manufactureras a países como China, buscando costos laborales más bajos y regulaciones menos estrictas. Esto redujo empleos industriales en EE. UU., especialmente en sectores como el acero, textiles y electrónica. Sin embargo, estas decisiones no fueron únicamente de las empresas; los tratados comerciales promovidos por el gobierno, como el NAFTA o la entrada de China en la OMC (2001), facilitaron este proceso.
  1. Políticas económicas y competitividad: Los críticos argumentan que el gobierno de EE. UU. no invirtió lo suficiente en educación, infraestructura o reconversión laboral para adaptar a los trabajadores a una economía más tecnológica. Esto dejó a ciertas regiones, como el Rust Belt, vulnerables al desempleo estructural. Mientras tanto, China implementó políticas estatales agresivas para fomentar su industria, atrayendo inversión extranjera y desarrollando capacidades manufactureras.
  1. Culpabilidad compartida: Aunque las empresas y el gobierno de EE. UU. jugaron un rol, otros factores contribuyeron. La automatización redujo empleos en manufactura, independientemente de la deslocalización. Además, los consumidores estadounidenses beneficiaron de productos más baratos importados de China, lo que impulsó indirectamente su crecimiento. Por otro lado, China aprovechó su mano de obra abundante, planificación a largo plazo y políticas proteccionistas para convertirse en una potencia económica.
  1. Perspectiva alternativa: Algunos argumentan que el ascenso de China era inevitable debido a su tamaño poblacional, recursos y determinación política. EE. UU. no “causó” el crecimiento de China, sino que participó en un sistema global donde China supo capitalizar oportunidades. Asimismo, la creación de empleos en sectores tecnológicos y de servicios en EE. UU. compensó parcialmente las pérdidas en manufactura, aunque no en las mismas regiones o para los mismos trabajadores.
Responsabilidad en el desempleo y ascenso de China, incluyendo México:
 
 
  1. Empresas y gobierno de EE. UU.: Las empresas estadounidenses deslocalizaron empleos no solo a China, sino también a México, especialmente tras el NAFTA (1994), buscando menores costos laborales. Esto afectó empleos manufactureros en EE. UU., como en el sector automotriz y textil. El gobierno facilitó esto con tratados comerciales, pero no invirtió lo suficiente en reconversión laboral para los trabajadores desplazados, lo que alimentó el desempleo en regiones industriales.
  1. Reclamo de los estadounidenses: Muchos trabajadores en EE. UU., especialmente en el Rust Belt, culpan a México y China por la pérdida de empleos bien remunerados. Ven el NAFTA como una traición que priorizó ganancias corporativas sobre su bienestar. Este resentimiento impulsó narrativas políticas, como las de “recuperar empleos” durante la era Trump.
  1. Rol de México: México atrajo inversión por su cercanía a EE. UU., mano de obra barata y acceso al mercado estadounidense. Sin embargo, su impacto en el desempleo de EE. UU. es menor comparado con China, que dominó la manufactura global. México también enfrenta retos, como salarios bajos y competencia con Asia.
  1. Culpabilidad y ascenso de China: Además de la deslocalización, la automatización redujo empleos en EE. UU. China capitalizó la globalización con políticas estatales, infraestructura y escala, mientras que México se benefició más modestamente. Los consumidores estadounidenses, al preferir productos baratos, también incentivaron estas dinámicas.
¿Funcionan los aranceles?:
 
 
  • A favor: Los aranceles impuestos por EE. UU. (2018-2020) a China y, en menor medida, a México, buscan encarecer importaciones y fomentar producción local. Han tenido éxito limitado: algunas empresas reubicaron fábricas en EE. UU. o México (nearshoring), y el T-MEC (2020) fortaleció reglas laborales y de origen, beneficiando a Norteamérica.
  • En contra: Los aranceles elevaron costos para consumidores y empresas en EE. UU., afectando industrias dependientes de insumos importados. China retalió con aranceles propios, dañando exportaciones agrícolas de EE. UU. Además, no han revertido significativamente la pérdida de empleos manufactureros, ya que la automatización y la competencia global persisten.
Conclusión: Empresas y gobierno de EE. UU. contribuyeron al desempleo al priorizar la globalización sin mitigar sus efectos locales, afectando a trabajadores que culpan a México y China. Los aranceles han generado algunos beneficios, como el nearshoring, pero no resuelven el problema estructural del empleo ni frenan del todo el ascenso de China.
China responde más a su estrategia interna y a dinámicas globales que a errores exclusivos de EE. UU. Factores como la automatización y las decisiones de consumidores también influyen.