Desde el inicio del segundo mandato de Donald Trump en enero de 2025, las políticas migratorias de su administración, enfocadas en deportaciones masivas, han generado una fuerte respuesta en California, particularmente en Los Ángeles, una ciudad con una significativa población migrante.
-Las protestas, organizadas en gran parte a través de redes sociales, han reunido a miles de personas, especialmente de la comunidad latina, para rechazar las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y las medidas antiinmigrantes. Estas manifestaciones se han centrado en puntos emblemáticos como la Placita Olvera, considerada el corazón histórico de la comunidad mexicana en Los Ángeles, y han incluido acciones como el bloqueo de autopistas, como la 101, para visibilizar la oposición a las deportaciones.
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El 17 de febrero de 2025, más de 60 organizaciones, incluyendo Unión del Barrio y Centro CSO, convocaron una marcha masiva en Los Ángeles para protestar contra los operativos de ICE, que intensificaron su presencia en ciudades santuario. Los manifestantes exigieron protección para los migrantes y mayor organización comunitaria, destacando lemas como “Nadie es ilegal” y “El pueblo unido jamás será vencido”. Además, se reportaron enfrentamientos con agentes federales, especialmente durante redadas en zonas como el Distrito de la Moda, donde al menos 45 personas fueron detenidas el 6 de junio de 2025.
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La comunidad migrante también participó en acciones como el “Día sin inmigrantes” el 3 de febrero de 2025, donde miles se ausentaron de sus trabajos y escuelas, causando una caída del 28% en la asistencia escolar en Los Ángeles. Estas acciones buscaban demostrar el impacto económico y social de los migrantes en EE.UU.
Reacción de Donald Trump
La administración de Trump ha respondido a estas protestas con medidas contundentes. El 7 de junio de 2025, Trump firmó un memorándum para desplegar 2,000 efectivos de la Guardia Nacional en Los Ángeles con el objetivo de contener las manifestaciones, una acción que el gobernador de California, Gavin Newsom, calificó como “deliberadamente incendiaria”. Además, Trump ha intensificado su retórica antiinmigrante, justificando las deportaciones masivas como una medida contra “delincuentes inmigrantes ilegales”. En un solo día, se reportaron 538 detenciones de migrantes, algunos señalados como miembros de bandas criminales, aunque defensores de derechos humanos han denunciado que muchos de los arrestados no tenían antecedentes penales.
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Trump también ha propuesto medidas extremas, como poner fin a la ciudadanía por nacimiento y amenazar con retener fondos federales a estados santuario como California si no alinean sus políticas con las exigencias federales. Estas acciones han generado críticas de líderes locales, como la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, quien calificó las redadas como “tácticas que siembran el terror” y prometió trabajar con organizaciones comunitarias para proteger a los migrantes.
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Las marchas en California y Los Ángeles reflejan una resistencia organizada frente a las políticas migratorias de Trump, con un fuerte componente comunitario y latino. La respuesta de Trump, marcada por el uso de la Guardia Nacional y operativos de ICE, ha escalado las tensiones, polarizando aún más el debate migratorio. Mientras los activistas buscan proteger a los más de 11 millones de indocumentados en EE.UU., el conflicto entre las políticas federales y las posturas de las ciudades santuario sigue intensificándose.
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