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Cardinal Robert Prevost elegido Papa León XIV: Primer pontífice estadounidense y su elección de nombre

Ciudad del Vaticano, 8 de mayo de 2025 – El cónclave de 2025 culminó con la elección del cardenal Robert Francis Prevost, de 69 años, como el 267º Papa de la Iglesia Católica, adoptando el nombre de León XIV. Este hito histórico marca la primera vez que un estadounidense asume el papado, un evento que ha captado la atención mundial. El humo blanco emergió de la Capilla Sixtina a las 16:13 horas (hora local), seguido por el anuncio del cardenal protodiácono Dominique Mamberti: “Annuntio vobis gaudium magnum; habemus papam”, confirmando la elección de Prevost.


¿Por qué un Papa estadounidense?
La elección de Robert Prevost, nacido en Chicago pero con una trayectoria profundamente vinculada a América Latina, rompe con la tradición de un papado predominantemente europeo. Su selección refleja la diversidad del Colegio Cardenalicio, donde el 80% de los 133 electores fueron nombrados por el Papa Francisco, quien priorizó la representación global, con un aumento notable de cardenales de Asia, África y América Latina. Prevost, aunque estadounidense, es percibido como un candidato con una perspectiva global debido a su extensa labor misionera en Perú, donde adquirió la ciudadanía peruana y sirvió como arzobispo de Chiclayo entre 2015 y 2023.


Vaticanistas destacan que su experiencia internacional y su papel como prefecto del Dicasterio para los Obispos desde 2023, donde influyó en la selección de obispos globales, lo convirtieron en un candidato atractivo. Sin embargo, su nacionalidad estadounidense generó debate, ya que históricamente ha existido resistencia a un “Papa superpotencia” debido al poder geopolítico de Estados Unidos. Su perfil como “el menos estadounidense de los americanos”, descrito por el corresponsal vaticano Iacopo Scaramuzzi, y su alineación con las reformas de Francisco, enfocadas en la justicia social y la inclusión, mitigaron estas preocupaciones. Además, las acusaciones de encubrimiento de abusos sexuales en Perú, que su diócesis negó, no impidieron su ascenso, aunque podrían generar escrutinio futuro.


La elección del nombre León XIV
La decisión de Prevost de tomar el nombre León XIV es un gesto simbólico cargado de significado. El nombre “León” no se usaba desde León XIII (1878-1903), conocido por su encíclica Rerum Novarum, que sentó las bases de la doctrina social católica, defendiendo los derechos de los trabajadores y los pobres. Historiadores sugieren que esta elección indica la intención de León XIV de priorizar la justicia social, un pilar del pontificado de Francisco, y de continuar su legado de apertura a los marginados.
En su primera aparición en el balcón de la Basílica de San Pedro, León XIV, visiblemente emocionado, habló en italiano y español, recordando su tiempo en Perú: “Soy un sacerdote agustino, pero sobre todo un cristiano, y un obispo, para que todos podamos caminar juntos”. Su referencia a la orden agustiniana, de la cual fue líder general, y su énfasis en la unidad y el diálogo reflejan su intención de construir puentes dentro de una Iglesia dividida. El nombre León también evoca fuerza y liderazgo, cualidades que podrían ser cruciales para enfrentar los desafíos de una Iglesia en transición, incluyendo la disminución de fieles en Europa y Norteamérica y el crecimiento en el Sur Global.


Reacciones y expectativas
La elección de un Papa estadounidense ha generado reacciones mixtas. El presidente Donald Trump expresó su entusiasmo en Truth Social, calificándolo como “un gran honor para nuestro país”. En Perú, la noticia fue recibida con orgullo, con ciudadanos como la maestra Isabel Panez pidiendo una visita papal. Sin embargo, algunos fieles, como Sarah Jackson, una católica tradicionalista de Carolina del Norte, esperan que León XIV adopte un enfoque más conservador, especialmente tras las restricciones de Francisco al rito latino.


León XIV hereda una Iglesia en un punto de inflexión, con tensiones entre progresistas y conservadores, y desafíos como la secularización y la credibilidad tras escándalos de abusos. Su experiencia como reformador, su carácter reservado pero efectivo, y su compromiso con la inclusión sugieren un pontificado enfocado en la continuidad de las reformas de Francisco, pero con un estilo propio. El mundo observa con expectación los próximos pasos de este Papa que, desde el balcón, prometió: “Sin miedo, unidos de la mano con Dios y entre nosotros, avanzamos”