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, November 24, 2024 in
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¿Los pesimistas son expertos en ver las cosas?

Muchos nos preguntamos si son los pesimistas expertos en temas políticos, laborales y de marketing, porque en algunas si le saben acertar, pero el detalle es que son personas que tampoco las puedes tolerar todo el tiempo, es como cuando tienes 15 años y te ponen música clásica o de los Rolling Stones o viceversa de tener 50 y te obligan a escuchar Bad Bunny. El punto es que no los puedes tolerar todo el día y que son personas ciertamente tóxicas. 

Pero el detalle es cómo poder usarlos para poder entender detalles que otras personas no ven. Algunos pesimistas son considerados hasta más inteligentes que los mismos optimistas. 

Se percibe al pesimismo como alguien profundo y con sentido común y el optimista muchas veces como alguien superficial y hasta ignorante. El pesimista puede ser como ese villano que es más atractivo y llamativo que el mismo héroe. Un noticiero es más exitoso cuando es sobre malas noticias y un show de radio cuando se habla mal de los demás.

La verdad es que el mensaje pesimista siempre cala más, porque el optimista es menos atractivo y se percibe sin trascendencia. Algunos resaltan que el pesimista tiene mucho arraigo con sentimientos tanto de frustración y tristeza que son elementos que pueden definir aspectos que otros no ven. 

Pero por otro lado, no puedes estar haciéndole al asesor negativo, sino también puedes ser percibido como alguien que nunca puede y quiere. El punto es que los pesimistas siempre tienen un aspecto terrorífico y catastrófico de las cosas, que muchos no lo ven y es cuando ahí se pueden mantener alerta los equipos, llámese negocios o políticos. 

¿Debemos escuchar comentarios pesimistas? En parte sí debemos, pero el punto es si estamos preparados para entender los puntos que nos pueden ayudar. Si no estamos capacitados para la negatividad, se puede tornar en depresión y en la mala interpretación. Ser profesional en entender la negatividad, también es posible y es cuando muchos se vuelven mejores, porque siempre están alertas de lo que pudiera y no pudiera suceder. 

Lo que pasa es que también es peor cuando un optimista no tiene razón y se equivoca, porque lo que se requiere es ser lo más certero posible. Cuantos asesores políticos y funcionarios por llevar bien la cosa, dice que todo esta super bien y al final no es así. Por eso también los jefes, directores, dueños de empresas y gobernantes, deben ser abiertos a toda posibilidad, y ya ellos tomen la mejor decisión.

Realmente el pesimista no corre riesgos, porque la fatalidad está de su lado, mientras que el optimista no es así. La fatalidad es muy creativa y puede tener muchas vertientes y variantes, donde la puedes inventar de todos lados, pero el optimismo básicamente tiene una o dos direcciones si te va bien. Por eso fue más atractivo el Guasón que Batman, donde hasta ganó más reconocimiento y premios en las películas. 

Con esto no pretendemos que todo mundo sea pesimista, porque también el mundo se volvería loco, el punto es que los pesimistas deben tratarse con pinzas y ciertamente hasta de lejos en muchos de los casos. 

En campaña políticas se oye más fuerte la voz del reclamo hacia el gobierno, mientras los que están a favor no siempre llega al tono del votante. Hablar bien si pega menos, por eso se debe ser creativo y construir un mensaje más detallado que pueda llegar a convencer y persuadir a los demás. La oposición siempre suena más fuerte con el discurso pesimista que con aportaciones defensoras positivas. 

El pensamiento pesimista siempre tiene más vigencia, porque aunque se equivoque puede resaltar, en cambio el positivo básicamente es solo ganar. Lo que sí es cierto es que ser optimista dentro de los trabajos, siempre es más complicado, porque debe tener muchas formas de solución. Con esto no significa que andes enojado y renegando por todos lados, sino desde la perspectiva laboral. Pero esto no tiene nada que ver con el lamebotas que a todo dice que sí o el perfecto godín que da sus versiones simplistas y con aparentes soluciones. 

Lo peor es tratar con el pesimista que suena optimista, porque siempre usan su factor personal para dar con las labores. El pesimista siempre trae más soluciones porque cree que el mundo se puede acabar en cualquier momento, así como si estuviera dentro de Walking Dead, osea en pleno apocalipsis.

Por eso el asesoramiento de personas pesimistas siempre es más valorado por la cantidad de gamas que les llega y suenan más creativos y hasta persuasivos. 

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